sábado, 11 de agosto de 2012

La Microbiotica Intestinal.

La flora bacteriana intestinal, actualmente denominada Microbiota, la cual está formada por el conjunto de bacterias que viven a lo largo de todo nuestro intestino así como en distintos tejidos orgánicos, tales como, la piel el tracto gastro-intestinal y el genito-urirnario, entre otros, la mayor parte se encuentra en el intestino grueso.
 Se estima que el número de especies bacterianas diferentes que encontramos en la piel es de 180, aproximadamente 700 en la boca y más de mil especies diferentes en el tracto gastrointestinal, constituyendo esta última la principal vía de entrada de microorganismos al interior del cuerpo humano.
 El ecosistema intestinal, constituido por la microbiota, la mucosa y el sistema inmunitario intestinales, representa, pues, la base para el mantenimiento de un buen estado de salud al ejercer un “efecto barrera” contra los agentes patógenos.
 La microbiota intestinal ejerce funciones indispensables para nosotros. Desde el primer momento del nacimiento, colabora en el desarrollo del sistema inmunitario adaptativo al mismo tiempo que ejerce una función defensiva de barrera que evita que bacterias y virus patógenos se adhieran a la mucosa y puedan causar enfermedades. I
 La microbiota intestinal es única y exclusiva para cada individuo así como estable en el transcurso del tiempo. Esto significa que este “microcosmos interno” viene a ser una especie de documento de identificación propio, que se mantendrá conservado desde el nacimiento hasta la edad adulta.
 Es de destacar que durante el periodo “in útero”y en el momento de nacer el tracto digestivo es estéril, es decir, no está aún poblado de microorganismos.
La flora bacteriana se irá formando poco a poco; en primer lugar se compone a partir del contacto con la flora vaginal de la madre en el momento del parto y después con la lactancia, ya sea con leche materna o leche maternizada (los efectos serán distintos), posteriormente la alimentación determinará la divesificación cualitativa gradual de la flora hasta los 4 años para establecerse finalmente la microbiota propia del individuo.
 El mantenimiento de una microbiota sana y en buen estado, que se reflejará en nuestra resistencia a las enfermedades.
 Si bien se trata de un ecosistema complejo y equilibrado resulta fácilmente susceptible ya que puede verse afectado por distintos factores, como son las infecciones digestivas, el estrés dado el ritmo de vida al que estamos sometidos, la ingesta de antibióticos y las intolerancias alimenticias.
 Es por ello que resulta de vital importancia y ayuda, una dieta rica en fibra, que incluya cereales integrales, verduras y fruta.
Esto subministrará el alimento indispensable a determinadas bacterias intestinales mientras que excederse con las proteínas favorecerá que se desarrollen microorganismos de putrefacción.
 Es también importante comer pausadamente y en un ambiente de tranquilidad, tomándose el tiempo de masticar los alimentos, evitar el estreñimiento y ocasionalmente suplementar con probióticos o prebióticos, según el caso.
 La OMS define a los alimentos probióticos como "aquellos alimentos que contienen microorganismos vivos que administrados en cantidades adecuadas producen beneficios para el huésped". Estos alimentos serían los yogures frescos y otras leches fermentadas.
Una microbiota intestinal estable y equilibrada es una garantía de salud, bacterias que hay que cuidar.
Dra. Alma Villarreal Navarrete.