Desde las más antiguas civilizaciones se conoce el valor nutricional y terapéutico del aceite de oliva.
El aceite de oliva extra virgen, simplemente es un zumo del olivo,
obtenido por procedimientos mecánicos que se han ido mejorando siglo
tras siglo, pero que la idea es la misma.
Consiste en exprimir la aceituna, como si fuera una naranja, solo que es algo más difícil. Actualmente, gracias al avance tecnológico, se conocen cada vez mejor sus propiedades.
El compuesto principal del aceite de oliva es el ácido oleico, que es la grasa vegetal mejor tolerada por el aparato digestivo.
También es un componente que retrasa el proceso oxidante de la membrana
celular, ayuda a realizar la digestión, favoreciendo la
absorción de los nutrientes además de tener un efecto beneficioso para
la gente que sufre de estreñimiento crónico. La importancia del "zumo"
del aceite de oliva como complemento nutricional radica por ejemplo en
la peroxidación de los lípidos. Estos últimos juegan un papel
indispensable en el funcionamiento del hígado, desarrollo y crecimiento
de los sistemas reproductivo y nervioso.
En el caso de personas en la tercera edad, el aceite de oliva ayuda a
incrementar los valores del colesterol HDL, previniendo las alteraciones
vasculares en el cerebro.
El aceite de oliva le aporta elasticidad cutánea e hidratación.
En el pelo y en las uñas también ayudará a mejorar la hidratación y la elasticidad de la piel.
Es un aceite que conserva todo el sabor y el olor del fruto del olivo.
Es un producto orgánico que no debe tener ningún aditivo, no debe pasar
ningún proceso químico… el Extra Virgen es el puro zumo de la aceituna,
separado de agua vegetal.
Por ello cualquier dietólogo recomienda utilizarlo por la mañana tomar de una a dos cucharadas en el desayuno o en platillos que se consumen crudos, como ensaladas o salsas, de preferencia consumirlo en frío ya que tiene poca tolerancia al calor y no puede soportar temperaturas muy elevadas.
Tras este somero
análisis de los beneficios del aceite de oliva virgen sobre nuestra
salud, puede comprobarse que el consumo de este rico producto es algo
esencial en nuestra alimentación y un hábito muy saludable. La
práctica de la dieta mediterránea, sin duda, favorece nuestra calidad de
vida.
Dra.Alma Villarreal Navarrete.
miércoles, 25 de febrero de 2015
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