domingo, 4 de mayo de 2014

Desintoxicación electromagnética del cuerpo.


Suecia fue el primer país que aceptó la electrosensibilidad como causa de baja laboral (incapacidad permanente), la cifra de afectados se eleva a 250.000; en Alemania, cientos de médicos han firmado la declaración en favor de medidas preventivas, y Gran Bretaña reconoció a finales de 2005 los casos de numerosas personas con síntomas potencialmente atribuibles a ciertas dosis de radiación electromagnética.
Cambiar dentro de lo posible las fuentes de radiación del entorno doméstico: teléfono inalámbrico, especialmente en los dormitorios.
La mayoría de las personas tienen la costumbre de dormir con el teléfono móvil o celular cerca e incluso encendido bajo la almohada.
Lo que no sabían es que esta costumbre causa diversos problemas. No se trata sólo de esa sospecha de que las ondas electromagnéticas pueden causar tumores cerebrales a largo plazo, sino efectos neurológicos más inmediatos que ya han sido probados, entre ellos dolores de cabeza constante y bajo rendimiento.
 Los más peligrosos son los teléfonos inteligentes pues su actividad no cesa en ningún momento y constantemente emite ondas y luces.
 Los más expuestos a los daños generados por la fuerte emisión de ondas son los adolescentes, quienes no se despegan del celular, ni siquiera durmiendo.
Se recomienda limitar el uso del teléfono móvil. Tener el terminal lo más alejado posible de la cabeza y del cuerpo utilizando para ello "manos libres".
 Cambiar la ropa sintética (favorece la electricidad estática) por tejidos de origen natural.
Aumentar la ingesta de productos naturales frescos (frutas, verduras, etc.) preferentemente de cultivo biológico, y tratar de evitar las frituras, los productos industriales, refinados y/o adulterados, especialmente el azúcar y el café.
Caminar descalzo (o con suelas de cuero) sobre césped, arena o baldosa, para descargarse de la electricidad estática acumulada.
 El método más efectivo e inmediato para mejorar la calidad de vida de los afectados consiste en evitar o reducir al máximo la exposición a todas las fuentes de radiación electromagnética.
 Los metales pesados (mercurio, plomo, cadmio...) que se pueden acumular a lo largo de los años en nuestro cuerpo y que suelen proceder de alimentos contaminados, de amalgamas que tengamos en la boca, de tuberías antiguas que transporten el agua que bebemos a diario, etc. Estas pueden agravar e intensificar la sensibilidad a las radiaciones electromagnéticas.
 Al estar expuestos a intensos campos electromagnéticos nuestro cuerpo pierde gran cantidad de calcio y magnesio, iones esenciales del metabolismo.
Por lo cual debemos de incluir en la dieta alimentos ricos en calcio y magnesio.
De igual manera, los alimentos ricos en acidos grasos omega-3 y en compuestos azufrados como el ajo, cebolla.
Hay que asegurarse de que no existen carencias nutricionales en la dieta.
Los tiempos cambian y nosotros tambièn debemos de cambiar nuestro estilo de vida al momento actual  que estamos viviendo, nos ha tocado ver infinidad de aparatos de tecnología digital antes desconocida.
Dra. Alma Villarreal Navarrete.




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