Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual, también conocidas como infecciones de transmisión sexual (ITS) y antes como enfermedades venéreas, pueden ser causadas por bacterias, hongos, parásitos y virus.
Son un conjunto de afecciones clínicas infectocontagiosas que se transmiten de persona a persona, casi exclusivamente, durante las relaciones sexuales.
Sin embargo, pueden transmitirse también por uso de jeringas contaminadas o por contacto con la sangre o con otras secreciones, y algunas de ellas pueden transmitirse durante el embarazo o durante el parto, desde la madre al hijo.
La mayoría de las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres, el grupo más afectado son los jóvenes entre 15 y 24 años y los adolescentes.
Estas infecciones, como el resto de ETS, generalmente las diagnostica el dermatólogo, o bien el urólogo en el caso de los varones o el ginecólogo en el caso de las mujeres.
El uso correcto de preservativos de látex reduce enormemente, aunque no elimina, el riesgo de adquirir y contagiarse, las áreas descubiertas todavía son susceptibles a muchas ETS.
La incidencia de las ETS está en aumento, en parte debido a que en las últimas décadas, las personas jóvenes tienen actividad sexual más tempranamente y se casan más tardíamente.
Como resultado, las personas sexualmente activas hoy en día tienen más probabilidad de tener muchas parejas sexuales durante sus vidas y por lo tanto tienen más riesgo de desarrollar enfermedades de transmisión sexual.
Es muy común que los adolescentes por pena o por problemas económicos traten de ocultar los problemas de salud causados por las ETS por lo que tienden a ser más severos y frecuentes en mujeres que en hombres, en parte debido a que la infección es asintomático en las mujeres y no acuden al médico hasta que ya han desarrollado complicaciones.
Lamentablemente la falta de sensibilidad del público y la falta de capacitación del personal tanto escolar como sanitario y el arraigado estigma generalizado en torno a las ITS siguen dificultando un mayor y eficaz recurso para evitar su propagación.
La prevención y educación sexual en las escuelas o en el hogar de los jóvenes adolescentes es lo más recomendable para evitar lo más posible este tipo de enfermedades.
Dra. Alma Villarreal Navarrete.
viernes, 18 de noviembre de 2016
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