Está comprobado el hecho de que el 66 al 90% de los fracasos en el mundo laboral son fracasos de relaciones humanas, es decir de comunicación.
Las llamadas enfermedades “psicosomáticas” y los llamados “problemas de personalidad”, tales como timidez, inseguridad y falta de confianza son básicamente problemas de trato con la gente y con uno mismo.
La personalidad introvertida vive fundamentalmente de cara a su mundo interior.
La personalidad extravertida vive pendiente de la realidad exterior.
La inestabilidad emocional es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por una variación en los sentimientos y los estados emotivos.
Para Erik Erikson (1902-1994) en la Teoria de la Personalidad el "YO" es la parte de la mente que da coherencia a las experiencias conscientes e inconscientes.
Es imposible vivir sin relacionarse y relacionarse es comunicar.
La comunicación es algo más que intercambiar información verbal, a fin de cuentas es la calidad de nuestras relaciones lo que realmente necesitamos potenciar.
El modelo de la comunicación humana que realmente merece nuestra consideración es aquel que nos hace estar conscientes de que somos personas que se relacionan con el mundo y que existen tantas formas de ver ese mundo como personas viven en él.
Y es, precisamente, esa diversidad de percibir las cosas lo que hace divertido relacionarse con la gente.
Tal vez sería el momento de aceptar que todos formamos un equipo dinámico que está en un proceso de constantes cambios y que ello nos obliga a disponer de todos nuestros recursos, incluso adquirir unos nuevos, para provocar mejoras, tanto en el propio crecimiento como para mostrar a los demás como pueden realizar el suyo, con el afán de producir mayor satisfacción en nuestras vidas.
Tal vez sería el momento de plantearnos entrar dentro de la cultura de aprendizaje donde obtengamos la justa apreciación de nuestra propia valía y adquirir habilidades en el trato con la gente.
El cambio es una constante en el mundo que permite crecer y evolucionar, todas las personas disponen de todo cuanto necesitan para hacer cambios en su vida.
Todas las personas merecen cambiar, tal vez ese sería el camino para ubicarse en el camino del Saber Vivir.
El cambio es una constante en el mundo que permite crecer y evolucionar, todas las personas disponen de todo cuanto necesitan para hacer cambios en su vida.
Todas las personas merecen cambiar, tal vez ese sería el camino para ubicarse en el camino del Saber Vivir.
Antiguamente los estudios psicológicos aseguraban que cada persona forjaba su personalidad hasta los 30 años, sin embargo recientemente hay quienes afirman que se puede cambiar, incluso pasada esa edad, pues el temperamento no es algo fijo, sino algo que se puede moldear a nuestro favor.
La personalidad puede cambiar en la adultez, e incluso en la vejez, por lo tanto si aún existen aspectos negativos de tu personalidad los puedes cambiar por cosas mejores.
Una buena actitud ante la vida predispone a las personas a manejar oportuna y habilidosamente sus aptitudes, y esto incluye la de adquirir otras nuevas.
En términos generales, las personas consideran que “tienen poca autoestima” y cuando realmente se cuestiona qué es lo que se puede hacer al respecto y, más aún, cómo lo puede hacer, se encuentra con una amplia pila de miedos y temores.
Así, pues, llegan a decir que se sienten desmotivados, con un “vacío interior”, o sufren estados de ansiedad o estados depresivos recurrentes, según los casos ya que el deseo de explorar cosas nuevas, les provoca inquietud y ansiedad.
No se trata de una dinámica caprichosa de mostrar insatisfacción porque sí, más bien se trata de un proceso genuino de aprender, de salir del propio cascarón y ampliar el círculo de influencia, el afán de experimentar hasta qué punto somos lo que creemos ser y hasta donde podemos llegar.
Dra. Alma Villarreal Navarrete.
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