domingo, 27 de enero de 2008

Embarazo y Tabaquismo.


Fumar durante el embarazo no sólo es malo para la salud de la mujer, sino que además puede causar graves problemas de salud al bebé por nacer.
El humo del cigarrillo contiene más de 2,500 productos químicos. No se sabe con certeza cuáles son nocivos para el desarrollo del bebé, pero se cree que tanto la nicotina como el monóxido de carbono pueden hacer que el embarazo no tenga el resultado deseado. El fumar prácticamente duplica el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso.
Se sabe desde hace tiempo que el fumar retarda el crecimiento del feto y los estudios sugieren que además aumenta el riesgo de parto prematuro (antes de las 38 semanas de gestación). Los bebés prematuros y con bajo peso al nacer tienen mayores riesgos de sufrir problemas graves de salud durante los primeros meses de vida.
Cuanto más fume una mujer embarazada, mayor será el riesgo para su bebé. El fumar se ha asociado con una serie de complicaciones durante el embarazo. Al parecer, el cigarrillo duplica el riesgo de que la mujer desarrolle complicaciones en la placenta.
Entre estas complicaciones se cuentan la placenta previa, una condición en la que la placenta se ubica en una posición muy baja en el útero y cubre la totalidad o parte del cuello del útero, y el desprendimiento de la placenta, antes del parto. En ambos casos, la vida de la madre y del niño corren peligro.
El fumar durante el embarazo también aumenta aparentemente el riesgo de rotura prematura de membranas o sea cuando (el saco que contiene al bebé dentro del útero se rompe antes de que comience el trabajo de parto) y por lo general, da como resultado el nacimiento de un bebé prematuro.
Por otra parte el cigarrillo puede causar problemas de reproducción incluso antes de que la mujer quede embarazada. Los estudios demuestran que las mujeres que fuman pueden tener más problemas para concebir que las no fumadoras. Los estudios sugieren también que la fertilidad vuelve a la normalidad cuando la mujer deja de fumar.
Los estudios sugieren que la exposición habitual al humo de cigarrillo de otros fumadores puede afectar a las mujeres embarazadas que no fuman por lo que deben evitar exponerse al humo del cigarrillo de otras personas.
Se recomienda que las mujeres dejen de fumar antes de quedar embarazadas y que no fumen durante el embarazo y el período posterior al parto.
El niño expuesto al humo del cigarrillo en el hogar durante los primeros años de vida presenta mayor riesgo de desarrollar asma.
Dejar de fumar mejora la salud de las futuras madres y les permite dar un mejor ejemplo a sus hijos.
Dra. Alma Villarreal Navarrete.

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