La intimidación o bullying, debe ser entendida como una conducta de persecución física y/o psicológica contra otra persona, a la que se elige como víctima de repetidos ataques y se da entre estudiantes.
El bullying es una forma de agresión constante y específica entre compañeros escolares.
Para entender mejor el tema se puede decir que es la dinámica que se da entre un niño que decide, particularmente, molestar al más chaparrito, al más gordito, al más estudioso, pero esta molestia se vuelve una constante y provoca la risa o la burla de los demás estudiantes, quienes al momento de no decir nada o simplemente de ser indiferentes hacia el dolor del niño agredido caen en la complicidad o indiferencia.
El mismo acosador puede ser la vìctima de agresiòn pero en otro escenario, en su misma casa por alguno de sus padres o bien en la escuela por algùn maestro; por lo tanto al no encontrar como canalizar su propia ira y fustraciòn; él reproduce automáticamente los ataques que vive en carne propia y por lo tanto su furia la canalizarà contra los màs dèbiles a quienes harà el blanco de sus propios ataques, amenazas y ofensas.
Algunos de los métodos que elige el victimario o abusador, generalmente pasan desapercibidos por los maestros.
Los mismos docentes son a veces quienes promueven racismo, machismo y discriminación bajo la forma de bromas “inofensivas” dentro del aula.
Los mismos docentes son a veces quienes promueven racismo, machismo y discriminación bajo la forma de bromas “inofensivas” dentro del aula.
Situaciones como poner en evidencia delante de toda la clase al alumno menos sobresaliente, regañarlo de manera sumamente ofensiva, acentuar defectos y detalles más, son los que promueven actitudes violentas entre estudiantes.
Si las acciones de ataque son constantes, la víctima difícilmente podrá salir de esta situación por medios propios, es entonces cuando se presenta bajo rendimiento, fobia para asistir al colegio que a su vez se traduce en ausentismo, tristeza o depresión y pérdida de la autoestima.
Muchas veces estos indicadores son pasados por alto o ignorados totalmente.
Si las acciones de ataque son constantes, la víctima difícilmente podrá salir de esta situación por medios propios, es entonces cuando se presenta bajo rendimiento, fobia para asistir al colegio que a su vez se traduce en ausentismo, tristeza o depresión y pérdida de la autoestima.
Muchas veces estos indicadores son pasados por alto o ignorados totalmente.
No podemos imaginar el terror que viven algunos pequeños por asistir a la escuela, cuando bien saben que ahí no estarán seguros.
No le temen a las tareas, tampoco a algún maestro, su miedo es porque están siendo atosigados e incluso maltratados físicamente por alguien que es su igual, del mismo tamaño, de la misma edad, pero con un odio desmedido en sus entrañas, este abusador puede dejar secuelas terribles en el futuro y en el presente, puede incluso orillar al suicidio.
Así de grave es este problema que si bien no es nuevo pero si es más conocido.
Pero vayamos a las cifras que nunca mienten.
Así de grave es este problema que si bien no es nuevo pero si es más conocido.
Pero vayamos a las cifras que nunca mienten.
En México el 32 por ciento de las niñas y niños de entre 6 y 9 años de edad, aseguran que los tratan con violencia en la escuela.
El 16 por ciento reiteró que los golpean en la escuela, el 3.4 por ciento dijo textualmente “Abusan de mi cuerpo” y otro 16 por ciento aseguró: “Me insultan”.
Es así como el miedo y el temor afectan profundamente el ámbito escolar, reduce el rendimiento general de los pequeños e incluso del mismo cuerpo docente que en la mayoría de los casos no sabe por qué los alumnos están distraídos, la situación llega al límite cuando los agredidos quieren abandonar la escuela, pero por miedo a alguna represión no revelan los motivos reales de su deseo.
Es precisamente la indiferencia de los maestros lo que ha permitido que este problema se convierta en una bola de nieve que de no ser atendida por las autoridades podría llegar a salirse de control.
Resulta vital que los padres de familia puedan identificar a tiempo si su hijo es víctima de acoso escolar, la atención oportuna de este problema puede salvar la seguridad e incluso la vida de un pequeño débil y frágil.
Los síntomas que deben ser foco rojo para los padres de familia son:
Diarrea, temperatura, trastornos en el sueño,trastornos en sus hábitos alimenticios, fobia a la escuela, golpes que asegura tener porque se cayó en el juego, modificaciones en su conducta como volverse retraído.
“¿Cosa de niños? ¡Para nada!” Esto es cosa de agresión así de fácil y requiere de la misma atención que se le da a la violencia intrafamiliar o hacia las mujeres, ya que es otro tipo de violencia y se da entre iguales.
Los especialistas aseguran que el fenómeno puede ser el producto de la misma descomposición social que estamos viviendo.
Diarrea, temperatura, trastornos en el sueño,trastornos en sus hábitos alimenticios, fobia a la escuela, golpes que asegura tener porque se cayó en el juego, modificaciones en su conducta como volverse retraído.
“¿Cosa de niños? ¡Para nada!” Esto es cosa de agresión así de fácil y requiere de la misma atención que se le da a la violencia intrafamiliar o hacia las mujeres, ya que es otro tipo de violencia y se da entre iguales.
Los especialistas aseguran que el fenómeno puede ser el producto de la misma descomposición social que estamos viviendo.
El Bullying no se trata de una simple travesura, si su hijo está siendo acosado, hay que tomarlo en serio porque puede tener repercusiones muy graves sobre su autoestima, mantèngase alerta ante cualquier acoso.
Dra. Alma Villarreal Navarrete.
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